Hay momentos en los que ni yo misma me entiendo, soy demasiado cambiante, o demasiado bipolar, o no sé.
Últimamente me estoy cuestionando mucho por cosas que hice antes. Por errores que cometí. Todos cometemos errores, es parte de la vida, de crecer.
Es increíble lo que un comentario acerca de uno mismo te puede hacer reflexionar. Me enteré de algo que dijeron de mi, algo negativo, algo que no me gustó. Y desde ese entonces no paro de cuestionarme cosas, no paro de pensar en eso. En lo que soy, o en lo que dejo de ser. Y está mal, sé que está mal, porque no tendría que afectarme lo que la gente piense de mi. Porque siempre digo eso, digo que no me molesta lo que digan de mi las personas, sobre todo las que no me conocen, siempre vivo diciendo que sólo me importa la opinión de mis amigos y de la gente que quiero, ¿pero es realmente así? ¿realmente no me afecta? ¿por qué reaccioné así entonces? Sobre todo no entiendo por qué me molesta tanto un comentario que es mentira, ¿me afectó tanto al punto de cuestionarme a mi misma?
¿Qué me está pasando?

Cuando pensamos en algo nuevo, en un territorio desconocido siempre viene con la idea de seguir adelante.

 Y es verdad de alguna forma, excepto que a veces para seguir delante tenemos que mirar atrás para entender lo que estamos dejando. Y puede dar miedo porque detrás de nosotros hay a menudo puntos ciegos, cosas que queremos ignorar o incluso no queremos ver, que pueden pararnos en nuestro nuevo camino. Pero sólo si se lo permitimos. En algún punto tenemos que dejar ir el pasado y dejar de mirar hacia atrás y abrazar lo que está por venir